jueves, 7 de marzo de 2013

Back to basics: Monopolio Vs. Competencia perfecta


Monopolio Vs. Competencia perfecta



El tipo de Mercado implementado en la sociedad influye en su desarrollo. De hecho, es a causa de uno u otro tipo de mercado que se permite una mayor o menor apertura a la comercialización de algún producto. En ese tenor, el monopolio y la competencia perfecta son de estudio necesario a la hora de analizar los aspectos económicos y legales de los mercados. Evidentemente, sería un reto tratar de determinar cuál de los tipos de mercado es más factible en su aplicación. En este sentido, se hace necesario, por lo tanto, destacar las principales diferencias entre estos tipos de mercado, así como las ventajas y desventajas de uno y otro, con la finalidad de determinar cuál es más factible y beneficioso para la población en su aplicación.

Un mercado de competencia perfecta plantea que existen diversos agentes que ofertan el producto a los consumidores. Económicamente hablando, se trata de un mercado donde el Costo Marginal y el Ingreso Marginal son iguales[1]. En este sentido, los oferentes compiten para obtener la mayor cantidad de ganancias con la venta de sus productos. Tomando en consideración que en un mercado competitivo (como el que se ha planteado), con la convergencia de la oferta y la demanda, se auto regula[2], existen innumerables beneficios para los consumidores. De hecho, en este tipo de mercado, se pueden plantear actividades de los agentes ofertantes donde se planteen innovaciones o una cultura cohesiva, orientada a ofertar productos de mayor calidad o más llamativos para el consumidor.

El monopolio, en cambio, plantea un escenario donde el ofertante adecúa la cantidad ofrecida para elevar el precio de mercado al nivel más conveniente. Esto quiere decir que por el hecho de tratarse de un único ofertante, se podrá jugar con el “precio de equilibrio”[3]. Igualmente, en vista de que solo existe un productor del bien, el monopolista podrá jugar con la cantidad de productos ofertados, lo que le permitirá disminuir su costo de producción[4]. En este caso, los economistas han indicado que el Ingreso Marginal será mayor que el Costo Marginal, lo que implica que el mercado no se encuentra en su nivel óptimo, sino que el oferente está obteniendo mayores ingresos que gastos[5]. Lo antes detallado implica que a pesar de que el oferente monopolista posee la facilidad de adecuar el precio a su conveniencia, podría verse en apuros en caso de que deba aumentar la producción del bien. Esto implicará una de las siguientes consecuencias: (i) Venderá una mayor cantidad del bien y obtiene un ingreso; o (ii) Presionará a la baja del precio, ya que en caso contrario, le quedaría un excedente. Así lo ha afirmado la doctrina, cuando establece que: “Tomando en cuenta que el oferente es único, cuando desea aumentar su producción, sus ingresos caerán más abruptamente que si se tratasen de competencia perfecta. Por tanto, en el monopolio se llega con un menor nivel de producción al punto en que el ingreso marginal y el costo marginal son iguales”.

A pesar de que el monopolio plantea un “bienestar mayor” para las empresas que lo detentan, este tipo de mercado no es eficiente. En primer lugar, en el sentido de Pareto[6] es ineficiente, pues la parte de la población a la que va dirigida el producto es la menor, lo que implica que todos los posibles consumidores del mismo no podrán beneficiarse de su obtención o uso. En segundo lugar, en este tipo de mercado, la empresa solo aumentaría la producción si la unidad marginal (agregada) se vende a un precio menor que el actual, sin necesidad de disminuir el precio de las demás unidades inframarginales. Por tanto, se plantea un nivel ineficiente, dando paso a la pérdida irrecuperable de eficiencia antes detallada.

Si bien se presentan diversas formas de monopolio (legales o naturales), a final de cuentas, no es factible este tipo de mercado, por las razones antes detalladas. Sin embargo, el caso de las patentes plantea un estudio especial. En la mayoría de países, desde hace unos años, se permite un monopolio de fabricación, venta y producción de determinado producto. Sin embargo, esta gracia se otorga por el Estado para incentivar la invención en la población[7]. Los economistas han determinado que este otorgamiento debe ser dado por un período de 17 años[8].

En definitiva, el monopolio es ineficiente porque restringe la producción hasta el punto en que los consumidores-demandantes están dispuestos a pagar por una unidad adicional más de lo que cuesta producirla, lo que no ocurre en la competencia perfecta. De hecho, la doctrina afirma que un excesivo poder de mercado plantea problemas de equidad y justicia, y si la empresa tiene mucho poder de monopolio, se beneficia de los consumidores.

En vista de que en la competencia perfecta, el precio del mercado no es determinado por el oferente, sino por la oferta y la demanda, la cantidad de producción que decida vender no influye en el precio de mercado del producto. Esto, pues además, su producción ofertada no influye en el precio de mercado. En definitiva, la competencia perfecta se presenta como un mercado ideal, donde tanto los oferentes como los demandantes-consumidores se verán beneficiados.

Ahora bien, si la competencia perfecta es lo más factible para la población ¿por qué fallan los mercados?

Para los economistas, existen tres factores que influencian la imposibilidad de que exista una “competencia perfecta”. A saber:

(a)    El poder de mercado[9].
(b)   Las externalidades[10]; y
(c)    Los bienes públicos.

En definitiva, a pesar de que con la competencia perfecta se plantean mejorías para el desarrollo económico de la población, y beneficios para los consumidores, se trata de un tipo de mercado utópico, pues con las fallas del mercado resulta casi imposible que se presente este supuesto. Por lo tanto, se han buscado alternativas para la defensa de la competencia, que permitirán que gradualmente se puedan alcanzar los objetivos en este sentido. Por ejemplo, en República Dominicana fue promulgada la Ley No. 42-08, de defensa de la competencia, donde se han establecido parámetros para el manejo de las empresas oferentes de bienes y servicios, evitando a toda costa las prácticas anticompetitivas de la competencia, tales como los carteles y las barreras de entrada[11].


[1] Igualmente, esta fórmula (IM=CM) se conoce como la “condición de optimización de los mercados”, lo que quiere decir que la competencia perfecta es reconocida como el mercado por excelencia.
[2] Léase: “la mano invisible”, planteada por Adam Smith. Con esta teoría se pretende afirmar que cuando la oferta y la demanda convergen en un mercado competitivo, en vista de que “a mayor precio, menor demanda” y “a mayor precio, mayor oferta”, el propio mercado se encarga de encontrar un “punto de equilibro” donde se obtienen beneficios de ambos lados.
[3] Esto siempre dependerá de la elasticidad del bien en cuestión.
[4] Con esto habrá una “pérdida irrecuperable de eficiencia”, lo que implica que los consumidores-demandantes no estarán satisfechos en su totalidad, pues se produce menos que la cantidad que podría ser demandada de ese bien, en un escenario de competencia perfecta. Gráficamente, este muestra cuánto empeora el bienestar de los consumidores cuando pagan el precio de monopolio en lugar del competitivo. Mide además el valor de la producción perdida al precio que los consumidores están dispuestos a pagarla.
[5] Lo cual, dicho sea de paso, resulta beneficioso para la empresa monopolista.
[6] Teoría ampliamente aceptada que plantea que el 80% de la población obtendrá el 20% de los bienes, mientras que el 20% de la población obtendrá el 80% de los bienes. Esto, debido a que el 20% representa a la parte con mayores ingresos, o más pudiente, mientras que el 80% representa a “las masas”.
[7] Pues evidentemente, no resultaría factible para un inventor, trabajar años haciendo investigaciones y realizando pruebas en un producto, invirtiendo grandes sumas de dinero, para que luego de registrado su invento, un tercero pueda reproducirlo.
[8] En República Dominicana, las patentes son otorgadas por un período de 20 años renovable, conforme a la ley 20-00.
[9] Tema que ya fue desarrollado.
[10] Plantean factores que influyen negativa o positivamente en la producción, lo que puede provocar que alguien se beneficie o perjudique con la actuación de un tercero. Por ejemplo, el hecho de que una empresa vierta sus desechos en el Río Ozama perjudica a los pescadores que subsisten gracias a la venta del pescado que se encuentra en sus aguas; o el hecho de que una empresa que se encarga de la producción de energía a través del procesamiento de basura, se beneficie de que otra empresa vierta sus desechos cerca de su planta procesadora.
[11] Temas que serán tratados en otra entrega.