Monopolio Vs.
Competencia perfecta

El tipo de Mercado implementado en la
sociedad influye en su desarrollo. De hecho, es a causa de uno u otro tipo de
mercado que se permite una mayor o menor apertura a la comercialización de
algún producto. En ese tenor, el monopolio y la competencia perfecta son de
estudio necesario a la hora de analizar los aspectos económicos y legales de
los mercados. Evidentemente, sería un reto tratar de determinar cuál de los
tipos de mercado es más factible en su aplicación. En este sentido, se hace
necesario, por lo tanto, destacar las principales diferencias entre estos tipos
de mercado, así como las ventajas y desventajas de uno y otro, con la finalidad
de determinar cuál es más factible y beneficioso para la población en su aplicación.
Un mercado de competencia perfecta
plantea que existen diversos agentes que ofertan el producto a los consumidores.
Económicamente hablando, se trata de un mercado donde el Costo Marginal y el
Ingreso Marginal son iguales[1].
En este sentido, los oferentes compiten para obtener la mayor cantidad de
ganancias con la venta de sus productos. Tomando en consideración que en un
mercado competitivo (como el que se ha planteado), con la convergencia de la
oferta y la demanda, se auto regula[2],
existen innumerables beneficios para los consumidores. De hecho, en este tipo
de mercado, se pueden plantear actividades de los agentes ofertantes donde se
planteen innovaciones o una cultura cohesiva, orientada a ofertar productos de
mayor calidad o más llamativos para el consumidor.
El monopolio, en cambio, plantea un
escenario donde el ofertante adecúa la cantidad ofrecida para elevar el precio
de mercado al nivel más conveniente. Esto quiere decir que por el hecho de
tratarse de un único ofertante, se podrá jugar con el “precio de equilibrio”[3].
Igualmente, en vista de que solo existe un productor del bien, el monopolista
podrá jugar con la cantidad de productos ofertados, lo que le permitirá
disminuir su costo de producción[4].
En este caso, los economistas han indicado que el Ingreso Marginal será mayor
que el Costo Marginal, lo que implica que el mercado no se encuentra en su
nivel óptimo, sino que el oferente está obteniendo mayores ingresos que gastos[5].
Lo antes detallado implica que a pesar de que el oferente monopolista posee la
facilidad de adecuar el precio a su conveniencia, podría verse en apuros en
caso de que deba aumentar la producción del bien. Esto implicará una de las siguientes
consecuencias: (i) Venderá una mayor cantidad del bien y obtiene un ingreso; o
(ii) Presionará a la baja del precio, ya que en caso contrario, le quedaría un
excedente. Así lo ha afirmado la doctrina, cuando establece que: “Tomando en cuenta que el oferente es único,
cuando desea aumentar su producción, sus ingresos caerán más abruptamente que
si se tratasen de competencia perfecta. Por tanto, en el monopolio se llega con
un menor nivel de producción al punto en que el ingreso marginal y el costo
marginal son iguales”.
A pesar de que el monopolio plantea un “bienestar
mayor” para las empresas que lo detentan, este tipo de mercado no es eficiente.
En primer lugar, en el sentido de Pareto[6]
es ineficiente, pues la parte de la población a la que va dirigida el producto es
la menor, lo que implica que todos los posibles consumidores del mismo no
podrán beneficiarse de su obtención o uso. En segundo lugar, en este tipo de
mercado, la empresa solo aumentaría la producción si la unidad marginal
(agregada) se vende a un precio menor que el actual, sin necesidad de disminuir
el precio de las demás unidades inframarginales. Por tanto, se plantea un nivel
ineficiente, dando paso a la pérdida irrecuperable de eficiencia antes
detallada.
Si bien se presentan diversas formas de
monopolio (legales o naturales), a final de cuentas, no es factible este tipo
de mercado, por las razones antes detalladas. Sin embargo, el caso de las
patentes plantea un estudio especial. En la mayoría de países, desde hace unos
años, se permite un monopolio de fabricación, venta y producción de determinado
producto. Sin embargo, esta gracia se otorga por el Estado para incentivar la
invención en la población[7].
Los economistas han determinado que este otorgamiento debe ser dado por un
período de 17 años[8].
En definitiva, el monopolio es
ineficiente porque restringe la producción hasta el punto en que los
consumidores-demandantes están dispuestos a pagar por una unidad adicional más
de lo que cuesta producirla, lo que no ocurre en la competencia perfecta. De hecho,
la doctrina afirma que un excesivo poder de mercado plantea problemas de
equidad y justicia, y si la empresa tiene mucho poder de monopolio, se
beneficia de los consumidores.
En vista de que en la competencia
perfecta, el precio del mercado no es determinado por el oferente, sino por la
oferta y la demanda, la cantidad de producción que decida vender no influye en
el precio de mercado del producto. Esto, pues además, su producción ofertada no
influye en el precio de mercado. En definitiva, la competencia perfecta se
presenta como un mercado ideal, donde tanto los oferentes como los
demandantes-consumidores se verán beneficiados.
Ahora bien, si la competencia perfecta
es lo más factible para la población ¿por qué fallan los mercados?
Para los economistas, existen tres
factores que influencian la imposibilidad de que exista una “competencia
perfecta”. A saber:
(a)
El poder
de mercado[9].
(b) Las externalidades[10];
y
(c)
Los bienes
públicos.
En definitiva, a pesar de que con la
competencia perfecta se plantean mejorías para el desarrollo económico de la población,
y beneficios para los consumidores, se trata de un tipo de mercado utópico,
pues con las fallas del mercado resulta casi imposible que se presente este
supuesto. Por lo tanto, se han buscado alternativas para la defensa de la
competencia, que permitirán que gradualmente se puedan alcanzar los objetivos
en este sentido. Por ejemplo, en República Dominicana fue promulgada la Ley No.
42-08, de defensa de la competencia, donde se han establecido parámetros para
el manejo de las empresas oferentes de bienes y servicios, evitando a toda
costa las prácticas anticompetitivas de la competencia, tales como los carteles y las barreras de entrada[11].
[1] Igualmente, esta fórmula (IM=CM) se
conoce como la “condición de optimización de los mercados”, lo que quiere decir
que la competencia perfecta es reconocida como el mercado por excelencia.
[2] Léase: “la mano invisible”, planteada
por Adam Smith. Con esta teoría se pretende afirmar que cuando la oferta y la
demanda convergen en un mercado competitivo, en vista de que “a mayor precio,
menor demanda” y “a mayor precio, mayor oferta”, el propio mercado se encarga
de encontrar un “punto de equilibro” donde se obtienen beneficios de ambos
lados.
[3] Esto siempre dependerá de la
elasticidad del bien en cuestión.
[4] Con esto habrá una “pérdida
irrecuperable de eficiencia”, lo que implica que los consumidores-demandantes
no estarán satisfechos en su totalidad, pues se produce menos que la cantidad que
podría ser demandada de ese bien, en un escenario de competencia perfecta. Gráficamente,
este muestra cuánto empeora el bienestar de los consumidores cuando pagan el
precio de monopolio en lugar del competitivo. Mide además el valor de la
producción perdida al precio que los consumidores están dispuestos a pagarla.
[5] Lo cual, dicho sea de paso, resulta
beneficioso para la empresa monopolista.
[6] Teoría ampliamente aceptada que plantea
que el 80% de la población obtendrá el 20% de los bienes, mientras que el 20%
de la población obtendrá el 80% de los bienes. Esto, debido a que el 20%
representa a la parte con mayores ingresos, o más pudiente, mientras que el 80%
representa a “las masas”.
[7] Pues evidentemente, no resultaría
factible para un inventor, trabajar años haciendo investigaciones y realizando
pruebas en un producto, invirtiendo grandes sumas de dinero, para que luego de
registrado su invento, un tercero pueda reproducirlo.
[8] En República Dominicana, las patentes
son otorgadas por un período de 20 años renovable, conforme a la ley 20-00.
[9] Tema que ya fue desarrollado.
[10] Plantean factores que influyen negativa
o positivamente en la producción, lo que puede provocar que alguien se
beneficie o perjudique con la actuación de un tercero. Por ejemplo, el hecho de
que una empresa vierta sus desechos en el Río Ozama perjudica a los pescadores
que subsisten gracias a la venta del pescado que se encuentra en sus aguas; o
el hecho de que una empresa que se encarga de la producción de energía a través
del procesamiento de basura, se beneficie de que otra empresa vierta sus
desechos cerca de su planta procesadora.
[11] Temas que serán tratados en otra
entrega.