martes, 22 de julio de 2014

Regulación del mercado de alquileres


La regulación del mercado de alquileres ha sido un tema de amplia discusión internacionalmente. Para algunos economistas, la capacidad de intervención del regulador en este mercado dependerá de aquellos aspectos que son más valorados por los ciudadanos. Partiendo de esta postura, para algunos economistas norteamericanos, la protección o no del inquilino podrá determinar los costos de transacción, permitiendo efectuarse una regulación proteccionista para el inquilino, como para el propietario, dependiendo del caso. De hecho, podría variarse desde una forma de regulación para proteger al inquilino de todo aumento de rentas, hasta solo protegerlos contra ciertos aumentos. Sin embargo, el Estado, al intentar proteger del aumento de rentas al inquilino, lo que podría generar, es un monopolio a favor del propietario del inmueble. En este mismo sentido, el regulador podría optar por crear un mecanismo mediante el cual se establezca una renta tope fija, ya sea por encima del valor del mercado, como por debajo del mismo, dependiendo de a quién se pretenda proteger.

Ha sido afirmado que “el control del precio del alquiler constituye el peor ejemplo de planeación a causa de la falta de coraje y visión de los Gobiernos”[1]. Igual lo han sustentado Milton Friedman y Friedrich Hayek, al establecer que un tope en los precios de alquiler reduce la cantidad y calidad de la vivienda disponible[2]. Otros doctrinarios han desarrollado el tema indicando que surgen cuatro problemas principales de la regulación del mercado de los alquileres, a saber: a) los propietarios hacen uso abusivo de su poder dominante; b) los propietarios podrían demandar altos precios de alquiler por los costos de transacción de los inquilinos; c) aumentos de precio en los alquileres del mercado, temporalmente; y d) el aumento de los precios de alquiler del mercado genera segregación[3]. De esto se deriva que una regulación excesiva del mercado, que establezca precios topes de alquiler, o porcentajes para su aumento, va en detrimento de la libertad económica de los propietarios, lo que genera desincentivos para ingresar al mercado. Por ejemplo, según un estudio realizado por Paul Niebanck en Estados Unidos, el 29% de las viviendas en alquiler cuyos precios habían sido controlados se encontraban deterioradas, pero solo el 8% de las no controladas se encontraban en ese mismo estado.[4]

En países hispanohablantes, la misma discusión se ha encontrado en la palestra. Para Garrigues, por ejemplo, la flexibilización y dinamización de los alquileres de viviendas en España era necesaria. A su parecer, con la promulgación de la ley No. 134 del 05 de junio del 2013, se genera un mayor equilibrio entre el arrendador y el arrendatario, lo que, a su vez, genera mayores incentivos. Igual suerte ha tenido el tema en Venezuela, donde se presentó recientemente un proyecto de ley de alquileres para vivienda. La doctrina ha indicado en este sentido que “el Estado debe garantizar las condiciones para que los oferentes incrementen su oferta y de esta manera los posibles inquilinos consigan suficientes alternativas y opciones que les permitan escoger según sus gustos y preferencias”.[5]

Considerar el alquiler como un mercado nos lleva a asumir que las partes envueltas en la relación contractual no se encuentran en igualdad de condiciones. Esto ha traído consigo diversas teorías para determinar la forma en que debe regularse el mercado. Se ha establecido la necesidad de intervención por parte del Estado, y por otro, se ha determinado la necesidad de que el mercado se auto regule. Ambas posturas se han desarrollado en la experiencia comparada, tanto legal, como doctrinalmente.


[1] Walter Block, The effects of Rent Control. (New York Times, sección de economía, 2012). http://www.econlib.org/library/Enc1/RentControl.html
[2] Block, The effects of Rent Control. [Referencia al gráfico No. 4, p. 87].
[3] Richard Arnott. “Time for revisionism on Rent Control?”Journal of Economic Perspectives, 9, No. 1 (1995), 13-14.
[4] Adam Smith Institute, Only bombing would be worse than rent control. Disponible en http://www.adamsmith.org/blog/planning-transport/only-bombing-would-be-worse-than-rent-control